Seis meses después de la finalización de la ayuda de Estado asociada a su contrato, el 70% de los trabajadores que han seguido una formación con un contrato subvencionado, encontraron un empleo en 2010. Su inserción profesional se efectúo, en la mayoría de los casos, con el mismo empresario y fue más frecuente que tras un contrato de duración indefinida o un contrato de larga duración.
En el sector no mercantil, el 39% de estos trabajadores encontraron empleo seis meses después de la finalización del contrato. En cuanto a los que finalizaron su contrato de forma anticipada, éstos fueron empleados antes que los que terminaron el contrato en la fecha prevista ya que las rescisiones del contrato suelen estar vinculadas a una mejor oportunidad de empleo.
Los beneficiarios, en 2010, de un contrato único de inserción (CUI) poseen un perfil específico: en su inmensa mayoría firmaron un contrato de corta duración o finalizaron su contrato rápidamente, pues el CUI fue instaurado el 1 de enero de 2010. Esta especificidad explica que, en el sector mercantil, se encuentren desempleados con mayor frecuencia que los trabajadores que cumplieron un contrato iniciativa empleo (CIE) o contrato de inserción-renta mínima de actividad (CI-RMA), instaurados por la Ley relativa a la Cohesión social de 2005.
Los que se han beneficiado de un CUI declaran con mayor frecuencia haber sido apoyados por un tutor durante su contrato y de forma más intensa que los de los beneficiarios de los contratos mencionados anteriormente.
Haber seguido una formación, en el ámbito de un contrato subvencionado, aumenta las probabilidades de acceder al empleo tras su finalización, mientras que los efectos del acompañamiento, interno o externo, son mas contrastados.
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS; Ministerio del Empleo