El movimiento sindical estadounidense mantuvo una reunión con el presidente Obama en la que le ofreció su apoyo para evitar recortes en Seguridad Social y en los programas sanitarios públicos Medicare y Medicaid, y para incrementar los impuestos de quienes tienen más recursos.
Tras un primer mandato de Obama en el que fracasaron las iniciativas legislativas pro-sindicales -tales como card-check (simplificación de las normas para la sindicalización de empresas), las de fomento de la sindicalización u otras para garantizar derechos e algunos colectivos a nivel federal-, los sindicatos han decidido cambiar de estrategia debido a la imposibilidad de conseguir la aprobación de dicho tipo de medidas si el partido Demócrata no cuenta con mayorías a prueba de bloqueos en ambas cámaras legislativas.
Debido a ello, los sindicatos centrarán sus esfuerzos en una agenda menos específica, con la que tratarán de contrarrestar la estrategia de los grupos conservadores que buscan conservar o incrementar los recortes impositivos a las corporaciones y a las grandes fortunas. Los líderes sindicales consideran que el presidente Obama debería seguir una estrategia para reducir la brecha de ingresos, incrementar el salario mínimo y conseguir una reforma de la inmigración que confiera derechos laborales y mejores ingresos a los trabajadores indocumentados.
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS