Según el Instituto de Investigación EcoAustria, el gasto en pensiones es tan elevado que si no se toman medidas ocurrirá un desastre. La esperanza de vida ha pasado de 70 años en la década de los setenta a 81 años; la natalidad ha bajado considerablemente y en 2050 por cada 1000 personas activas habrá 480 mayores; actualmente son 260. Se advierte que si no se aproxima la edad de acceso a la jubilación a la esperanza de vida, el Estado dejará de tener importantes ingresos y los costes serían de unos 239.000 millones por año. El incremento de la edad de jubilación en un año supone un ahorro de 1.500 millones y si se elevase la edad de jubilación a 75 años se conseguiría reducir a cero el déficit presupuestario, que hoy es de 9.000 millones. Por último se defiende la equiparación de la edad de jubilación del hombre y la mujer y se destacan las ventajas para los jóvenes derivadas de la ampliación del período de actividad laboral pues de esta manera se combate la escasez de mano de obra especializada que surgiría y los mayores podrán transmitir a los jóvenes sus conocimientos y experiencias.
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS (DP)