Según un estudio del CAE difundido el 6 de mayo, la flexibilidad del empleo ha aumentado de forma considerable en los últimos años pero la formación profesional no ha sido adaptada a esta situación. Para este organismo, el déficit de formación es el principal freno a la movilidad de los trabajadores. Para paliar este problema, formula diversas propuestas: 1) Incitar a los patronos para que formen a los asalariados de forma continua, sin esperar a situaciones de crisis. Para ello, propone que se instaure un sistema de “bonus-malus” sobre las cotizaciones al seguro de desempleo y sobre la obligación de reclasificación. Las empresas que hubiesen formado al personal antes de que se plantee la necesidad de recurrir a despidos tendrían derecho a una exoneración determinada en función del número de asalariados formados y de la calidad de la formación. 2) Incitar a los trabajadores para que se formen 3) Una vez que se ha producido la situación de crisis, ofrecer una formación profesional a los trabajadores en paro parcial y aplicar un sistema decreciente de prestaciones que sustituya al régimen de sanciones y obligaciones. 4) corregir las desigualdades en materia de formación. El CAE propone que los trabajadores temporales puedan beneficiarse de los contratos de transición profesional.
Para favorecer la movilidad y como complemento de la formación, plantea diversas medidas de ayuda a la movilidad geográfica (complementos salariales, ayudas económicas para la movilidad, acumular el periodo de derecho a la formación en función de la antigüedad en la profesión y no en función de la antigüedad en la empresa). Propone igualmente medidas de acompañamiento para la movilidad “transversal”, es decir el cambio de sector profesional.
Fuente: Actualidad Exterior. MTIN