En el año de 2011, casi el 25 por ciento de los trabajadores asalariados del sector privado, de 60 a64 años de edad, fueron dados un aviso de despido por parte de sus empleadores. Casi el 15 por ciento de los empleados de 55 a59 años de edad perdieron sus empleos como resultado de las decisiones de sus empleadores. En los tramos de edad de los empleados asalariados más jóvenes, la tasa de despido fue muy por debajo del 10 por ciento. Estas son algunas de las conclusiones principales de una encuesta publicada el día 14 de marzo de 2012 por el sindicato de los empleados asalariados (PRO)[1]. Las cifras están basadas en las respuestas dadas en 2011 por 14.000 miembros de este sindicato. Estas personas trabajan, por ejemplo, como expertos y supervisores en la industria y en los sectores de servicio, así como en los sectores financieros, TIC y de comunicación. Según Antti Rinne, el Presidente del sindicato PRO, la política de los empleadores, al cortar los puestos de trabajo, es dirigirse a los empleadores mayores, lo que es en contravención del objetivo declarado por el Gobierno finlandés y las organizaciones del mercado laboral para extender la carrera profesional. La discriminación contra los trabajadores mayores es evidente también en la manera en que los empleadores ofrecen formación para su personal. Los empleadores tienden a invertir principalmente en la formación de los empleados jóvenes. La encuesta del sindicato PRO revela que cuanto mayor sea un empleado, cuanto menos es probable que se le ofrezca capacitación que actualice sus habilidades. En cuanto al riesgo que los empleados que sean mayores de edad incurran una mayor cantidad de bajas por enfermedad, las respuestas de la encuesta indican que la tasa de bajas por enfermedad de los empleados mayores de 50 años de edad es menor que entre los empleados jóvenes.[2]
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS; TrAde Union News from Finland