Contratar personal en Bélgica cuesta caro, según un estudio realizado por Deloitte en 17 países europeos. Las cargas patronales derivadas de la contratación de un obrero son las más caras de los 17 países estudiados. Si se trata de un empleado, Bélgica es el segundo país más caro. Francia resulta ser el país con una contratación más cara y Suecia e Italia quedan se sitúan en el mismo nivel que Bélgica.
La causa principal de estas diferencias es la aportación a la Seguridad Social que pagan los empresarios y los empleados. En 8 de los 17 países estudiados, las cotizaciones que deben pagar los empresarios están limitadas a partir de un cierto nivel de ingresos, explica Deloitte. En Bélgica, Francia e Italia, las cotizaciones no están limitadas.
Los elevados costes salariales en Bélgica son una traba para la competitividad de las exportaciones. Es por eso por lo que el gobierno de Rupo ha decidido reducir este desfase salarial con sus países vecinos en los presupuestos de 2013, a través de la congelación salarial durante 2 años y la revisión de la cesta de productos que sirve para fijar el index, con el fin de reducir el mismo.
Este hándicap competitivo de Bélgica es tema de confrontación entre los sindicatos y las federaciones patronales. Los costes salariales no son sólo un problema para las empresas exportadoras, sino también para la inversión en el país que prefiere países vecinos más flexibles y con menos costes salariales, como son Suiza y los Países Bajos.
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS; L´Echo 8/12