Un proyecto de ley que tiene como objetivo flexibilizar la legislación laboral en Brasil, permitiendo la contratación eventual y por hora, en el sector de servicios, se está gestionando en el gobierno federal. La justificación de gestar este tipo de proyectos, es que «moderniza» las relaciones laborales en el país. Con esto se espera un efecto positivo en la expansión del mercado de trabajo y la formalización de la economía. Estas serían justificaciones ponderables, si fueran ciertas. Después de todo, ¿quién podría estar en contra del ingreso en la economía formal de un mayor número de personas? ¿Quién con sentido común, podría estar en contra del aumento del empleo? Más brasileños trabajando al amparo de la ley, significa aumento de la renta; del mercado de consumo y consecuentemente el aumento de la recaudación tributaria, con un impacto significativo sobre las tasas de crecimiento económico. Sin embargo, la pregunta que el gobierno debe tratar de responder antes de que esta propuesta salga adelante, es si es razonable romper las reglas de protección laboral de los trabajadores, en el preciso momento en el que el grado de formalización de la economía avanza a un ritmo sin precedentes, sin necesidad de ningún tipo de motivación especial.
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS; Editorial de Periódico Correo Braziliense – 20/04/2012