Se trata de uno de los temas que van a debatirse con mayor intensidad en las negociaciones para la formación de una coalición gubernamental, sea cual sea el socio de la Unión. SPD y Verdes, con el apoyo de los sindicatos, reivindican en sus programas electorales la introducción de un salario mínimo interprofesional de 8,50 euros; la Unión defiende por su parte salarios mínimos definidos en el marco de la negociación colectiva.
Pero los expertos del Instituto alemán de investigación económica (DIW) advierten en un estudio presentado esta semana que un SMI demasiado elevado podría perjudicar a las empresas pequeñas, suponiendo un incremento de los costes salariales de hasta un 30-40%. Los economistas proponen un incremento gradual del salario mínimo. El SMI aportaría aumentos salariales a un 17% de los trabajadores, sobre todo a mujeres, jóvenes poco cualificados o miniempleados.
También el director del Instituto de investigación laboral y profesional (IAB), Joachim Möller, defiende desde hace tiempo la moderación en los salarios mínimos (8,20 euros en el oeste y 7,50 euros en el este)
El presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, advierte que la introducción de un SMI empeoraría las oportunidades de empleo de personas poco cualificadas y desempleados de larga duración.
Fuente: MEYSS; Die Welt, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Süddeutsche Zeitung, Handelsblatt, Frankfurter Rundschau, taz, spiegel online