El pasado 30 de noviembre finalizó la vigencia de las extensiones de la prestación por desempleo, por lo que los parados que agoten la prestación o la extensión que estuvieran disfrutando no podrán solicitar un nuevo tramo de la prestación. En Estados unidos, la prestación por desempleo dura un máximo de 26 semanas, con cargo al fondo con que cada uno de los 50 Estados cuenta para ello. En épocas de crisis económicas, el Congreso federal suele aprobar extensiones, con cargo a los presupuestos federales, en los Estados con tasas de paro más elevadas. En la actualidad, tras varias extensiones, en algunos estados se puede percibir la prestación por desempleo un máximo de 99 semanas.
El partido demócrata ha visto rechazadas las tres proposiciones presentadas en el legislativo, y el partido republicano amenaza con seguir rechazándola hasta que la propuesta no incluya recortes presupuestarios que compensen el gasto que generaría el mantenimiento durante un año de la vigencia de las extensiones, que se cifra en 80.000 millones de dólares.
En la actualidad unos cinco millones de estadounidenses perciben la prestación para desempleados de larga duración, y unos dos millones de ellos la perderían de no prolongarse la vigencia de las extensiones. La primera extensión de la prestación se firmó en julio de 2008
Fuente: Actualidad Exterior; MTIN