Según Jean Denys, experto en mercado de trabajo, el concepto de flexibilidad del mercado laboral surgido en los últimos años es muy controvertido. Aunque numerosos estudios han demostrado una correlación positiva desde el punto de vista macroeconómico entre la eficiencia de las actividades de mercado laboral y las organizaciones más flexibles, otros han sido más escépticos en cuanto a sus beneficios.
La gran variedad de los resultados depende de tres factores: los principios ideológicos de los investigadores, la gran diversidad institucional de los mercados laborales nacionales y, finalmente, las diversas acepciones de la flexibilidad laboral. El concepto de flexibilidad laboral supone distinguir ámbitos muy heterogéneos, que pueden referirse a la facilitad para contratar y despedir a los trabajadores, al cálculo de los salarios, la regulación del tiempo de trabajo, etc.…
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) utiliza no menos de 21 indicadores para establecer su “índice de legislación de protección del empleo” y, a pesar de ello, siguen existiendo lagunas (por ejemplo, no se tiene en cuenta el sistema de desempleo económico). En conclusión, la clasificación de un país por la Comisión Europea (CE), la OCDE, etc. en términos de flexibilidad es un concepto elástico que depende de los indicadores y de los instrumentos analíticos utilizados por las organizaciones.
El mercado laboral belga sufre problemas institucionales y estructurales en su funcionamiento. Se debería mejorar la tasa de ocupación, que es muy baja, y en especial la situación de varias categorías de trabajadores: la de los mayores de 50 años, los jóvenes, las mujeres y los extranjeros, todos ellos desfavorecidos por la actual evolución del mercado de trabajo belga. También les cuesta más a los desempleados belgas reinsertase en el mercado laboral que a la mayoría de los desempleados de otros países de la UE.
Por otro lado, cabe destacar el elevado grado de protección del puesto de trabajo de los trabajadores, que es uno de los mejores de la UE. La protección contra el despido de los trabajadores es considerable y los salarios en Bélgica aumentan regularmente a través de la aplicación de un sistema de indexación automática, incluso sin aumento de productividad. Esta situación es positiva para el trabajador hasta que es despedido. La seguridad de tener un trabajo (la oportunidad de conservar un empleo en particular) no engloba una seguridad de empleo (la oportunidad de poder encontrar un nuevo empleo). Ante una misma función, la brecha salarial entre los jóvenes y los mayores de 50 años es considerable y, por consiguiente, los trabajadores mayores tienen menos posibilidades de ser contratados que los jóvenes: Convendría eliminar esta brecha salarial para fomentar la inserción de los mayores de 50 años en el mercado laboral. ¿Es una cuestión de flexibilidad del mercado laboral ?..Esta cuestión sería indudablemente discutible. ¿Es una cuestión de modernización? Sin duda. El gran desafió actual consiste en adaptar los aspectos institucionales de ese mercado a los cambios, partiendo de la base de que, en vez de estimular la protección al puesto de trabajo concreto, es mejor estimular la protección al empleo. Esta iniciativa puede ser interpretada como una medida de flexibilidad (desregulación), pero al mismo tiempo puede considerarse como un refuerzo de la regulación en el ámbito de la formación, por ejemplo. Una cosa es cierta: quedan muchas reformas por hacer.
Fuente: Actualidad Exterior; MEYSS; L’ECHO 16/05